Una de las pocas cosas en que las cocinas de todo el mundo se han puesto de acuerdo: Mezclar harina con leche, huevo, un poco de sal y algo de grasa. Ese tan aparentemente sencillo acto ha dado lugar a los Panqueques en Argentina, Pancakes en Inglaterra, Pfannkuchen en Palatschinken en Alemania, Enchiladas en México, Plattar en Suecia, Blins y Blintzes en Europa Oriental, Lefsar en Noruega, Filloas en Galicia y Crêpes en Francia.
Un aparente sencillo acto que admite miles de variantes: Crêpes dulces, saladas, en cucurucho, en pisos, abiertas, cerradas... de todo.
Un aparente sencillo acto que, en Creperie Petite Bretagne, produce platos suculentos, amables y desenfadados.
Unos platos para disfrutar de una mezcla de sabores única. Para sentarse y sentirse como en casa. Así que, a comer y a gozar que todo es empezar.